POPAYÁN EN LA WEB DE GIOVANNI CASTRILLÓN
Su Arquitectura
Orígenes y trazados en Popayán
(Aquitecto Germán Téllez Castañeda, "GUÍA CIUDAD HISTÓRICA", Instituto Colombiano de Cultura, 1996).
Popayán, al contrario de Cartagena y Mompox, ciudades de trazado irregular, y al igual que Santa Fe de Bogotá, Tunja o Pamplona, es un buen ejemplo de trazado geométrico "clásico", según las tradiciones del sur y centro de España, conformado por una retícula razonablemente ortogonal de calles, más o menos orientada a los cuatro puntos cardinales. La villa fundada por Sebastián de Belalcázar en las cercanías del río Cauca aparece inicialmente como una repartición de predios en torno a la plaza mayor de la población (actual Parque Caldas), juiciosamente continuada en las décadas y siglos siguientes de la época colonial por los pobladores hispánicos primero y criollos luego. No es difícíl suponer que la división en barrios o "cuarteles" (cuartas partes del área total de la población) se hizo siguiendo los dos ejes principales del trazado colonial: las actuales carrera 6a., en sentido aproximado sur-norte, y calle 5a., sensiblemente de oriente-occidente.
La usanza romana practicada en ciudades y pueblos de la provincia colonial de Iberia, fue simplemente el orden y disciplina militares requeridos para establecer campamentos de las legiones y fundaciones civiles organizados en zonas y áreas iguales, mediante el cruce de dos ejes, a la vez simbólicos y reales: el cardo y el decumanum, en un punto central donde se dejaría un gran espacio libre, capaz de albergar a todos aquellos que conformaban el grupo humano de colonizadores de la tierra hispánica o, muchos siglos más tarde, de las comarcas del Nuevo Mundo. Lo que llega al occidente de la provincia de la Nueva Granada, en la memoria urbana de Belalcázar y sus broncos soldados no es, probablemente, alguna sofisticada noción filosófica de antiguas metodologías y secretos para trazados urbanos, sino el recuerdo profundo de cómo estaban conformados los pueblos o ciudades de los cuales provenían. Otra cosa es que aquellos lugares europeos fuesen trasuntos o más o menos vagos e indirectos de tradiciones aún más antiguas, procedentes de las culturas prehelénicas o del Medio Oriente, mezcladas aleatoriamente con usanzas medievales europeas o islámicas. Como núcleo urbano, Popayán no desciende en línea directa de Mileto u otras urbes griegas, sino de las fundaciones militares coloniales romanas en tierras hispánicas, formadas por manzanas delimitadas mediante una trama ortogonal de vías. La subdivisión original de esas manzanas o "cuadras" también en cuartas partes cuadradas (solares) al igual que la ciudad misma, permitía idealmente una repartición de predios de estricta equivalencia para todos sus poseedores. Al igual que muchas urbes andaluzas, castellanas o extremeñas, Popayán creció lentamente, prolongando su trazado geométrico hasta que los extremos de sus calles tropezaron con las empinadas colinas ríos y riachuelos que enmarcaban la ciudad. Tanto mejor si el sitio escogido para la fundación, además de abundante agua y buenas tierras circundantes, tenía un paisaje suavemente hermoso, evocativo de los parajes de las serranías de Andalucía central o el sur de Castilla.
La retícula de calles de Popayán no fue una imposición forzada sobre el terreno escogido, sino un ajuste suave y ceñido al terreno y al paisaje circundante, plegando las calles a los desniveles existentes y creando ligeras desviaciones cuando ello fue necesario. La ciudad es otro más de esos éxitos urbanísticos, discretos y menores, que poblaron el imperio español en el Nuevo Mundo.
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Al terminar el siglo XVIII no llegaban a cincuenta las manzanas trazadas, así fuese parcialmente, en prolongación de la cuadrícula original basada en la plaza mayor de la ciudad, es decir, una expansión de apenas unas cuarenta manzanas en algo más de doscientos años. El pausado crecimiento de Popayán obró en favor de la armonía formal y ambiental que ofrece hoy el centro de la ciudad. Rara vez las ciudades que presentan un rápido y extenso desarrollo han logrado mantener el delicado equilibrio volumétrico y la frágil escala espacial que caracterizó sus primeras épocas. En el caso de Popayán, la índole original de la ciudad no se perdió del todo, puesto que a la ciudad colonial no se superpuso la ciudad moderna, previa destrucción de la primera.
Popayán fue fundada en lo que ahora se conoce como una región de alto riesgo sismico, -volcánica por añadidura- y ha sido semidestruida repetidas veces por otros tantos terremotos, entre los cuales los más intensos han sido los de 1736 y 1983. En ambas ocasiones fue necesario concentrar recursos y esfuerzos, no en la expansión citadina sino en la reconstrucción de lo destruido o averiado.
Hasta la primera mitad del siglo XVIII la configuración urbana de la ciudad tuvo lugar siguiendo estrictamente los parámetros socio-económicos deternimados por el proceso histórico colonial. Los hacendados y comerciantes más prósperos de la región levantaron un número limitado de casas "altas y bajas", es decir, de uno o dos pisos de altura, y de gran área construida, representativas de una clase social presuntamente aristocrática, claramente descendiente de españoles, -así hubiesen sido sus antepasados humildes campesinos o pequeños burgueses- y bien diferenciadas de las residencias más humildes de artesanos, trabajadores varios y comercisntes más modestos. Pocas ciudades neogranadinas reflejaron tan fielmente como Popayán, en su configuración urbana y su ordenación arquitectónica, la jerarquía social y neta diferencia de clase social de quienes la habitaban.
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Se debe aceptar, con las debidas reservas y excepciones, que el rostro de le ciudad, y por lo tanto, su carácter urbano, tal como llega a los comiennns del siglo XX, se debe ente todo e las superposiciones urbanísticas y arquitectónicas llevadas a cabo durante la segunda mitad del siglo XIX, sobre lo que fue pasible reconstruir desde el segundo tercio del XVIII hasta el final del periodo colonial. Lo que singulariza a Popayán entre las ciudades de origen colonial en Colombia es esa hibridación urbanística y arquitectónica causada accidentalmente por movimientos sísmicos. Estos no podían borrar el trazado urbano, pero sí lograron alterar decisivamente su volumetría y el lenguaje tradicional de su arquitectura.
La tendencia formal derivada de lo anterior fue la de enfatizar la armonía formal urbana ye existente, minimizando diferencias entre fachadas y nivelando cualitativamente el lenguaje plástico de éstas. Las variantes formales en los frentes de las calles no desaparecieron par entero, pero quedó aparente en toda la ciudad, sus principios básicos eran tan escasos como bien observados. En Popayán la unanimidad no es sinónimo de uniformidad.
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Esta página pertenece a
® Giovanni Castrillón Ramírez
Popayán, Colombia, Sur América
© Enero de 2000
Actualizada en Mayo de 2016
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